Surface Plasmon Resonance (SPR) como paradigma en el
desarrollo de sensores ópticos
El fenómeno de Surface Plasmon Resonance (SPR) se basa
en la interacción de la luz con los electrones en una lámina metálica delgada con
un ángulo de incidencia particular. Este ángulo de incidencia que
desencadena la SPR está relacionado con el índice de refracción del material.
Se genera una resonancia que puede ser medida y utilizada para detectar cambios
en la superficie, como la unión de biomoléculas o la variación en la
concentración de ciertos compuestos.
Las primeras observaciones relacionadas con el SPR en superficies metálicas fueron realizas por el físico estadounidense Robert W. Wood en 1902, sin llegar a comprender completamente el fenómeno. Una teoría más detallada fue propuesta en 1960 por Rainer Kretschmann y A. Otto, con el desarrollo de un modelo utilizando un prisma de alta refracción para excitar los plasmones en una película delgada metálica.
En la década de 1980, se comenzaron a desarrollar
sensores SPR para aplicaciones biológicas y químicas, especialmente en la
detección de interacciones biomoleculares (como proteínas, ADN, etc.), así como
aplicaciones de diagnóstico, como la biosensibilidad y la detección de
antígenos y anticuerpos.
El avance en la miniaturización de los dispositivos
SPR hizo posible la creación de sensores más pequeños y eficientes, y la
introducción de los sensores SPR basados en fibra óptica en los 90s trajo
consigo la realización de mediciones en entornos más complejos y remotos.
La incorporación de nanotecnología y nanomateriales ha
permitido el desarrollo de SPR plasmones localizados (LSPR), mejorando la
sensibilidad de los sensores SPR.
En la actualidad, el desarrollo de señores basados en el
fenómeno de SPR continúa siendo un área activa de desarrollo e innovación, y
donde trabajamos arduamente investigadores de la UPNA, en búsqueda de nuevas
aplicaciones y configuraciones como, por ejemplo, la configuración planar
utilizando como guías de ondas portaobjetos o cubreobjetos trayendo como principales
ventajas el abaratamiento de costos y mayor robustez, con el fin de ofrecer
soluciones más flexibles, compactas y con mayor aplicabilidad en el mundo real.
Este
paradigma de la ciencia resalta cómo los avances en la comprensión de fenómenos
físicos, como la resonancia plasmónica, pueden transformar y mejorar las
herramientas tecnológicas aplicadas en diversas disciplinas científicas.
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