Fraude científico: Caso de Jan Hendrik Schön (2000-2002)
Schön, es un físico alemán que trabajó en los laboratorios Bell de Nueva Jersey reportando avances revolucionarios en los campos de la superconductividad y la nanotecnología (electrónica molecular). Entre sus logros se encontraba la producción de un transistor a escala molecular, afirmando haber utilizado una fina capa de moléculas de tinte orgánico para montar un circuito eléctrico que, cuando se actuaba por una corriente eléctrica, se comportaba como transistor.
Sus hitos científicos fueron publicados en revistas de alto impacto, incluyendo Science and Nature. Su ritmo de publicaciones era considerado milagroso. En 2001, fue incluido como autor en promedio de un artículo de investigación recién publicado cada ocho días. [Agin, Dan (2007). Ciencia de la basura: Una
acusación indebida de grupos gubernamentales, industriales y de fe que
destriñen la ciencia para su propia ganancia. Macmillan. ISBN 978-0-312-37480-8].
Sin embargo, ningún grupo de investigación en ninguna parte del mundo logró reproducir los resultados obtenidos por Schön y finalmente, una investigación de Bell Labs en 2002 reveló que había falsificado datos en al menos 16 de sus trabajos. Los gráficos correspondientes a experimentos aparentemente diferentes mostraban extrañas coincidencias, como si hubieran sido copiados unos de otros, quedando demostrado por el comité de expertos que realizó la investigación.
Como consecuencia, Schön perdió su doctorado y fue prohibido de futuras publicaciones científicas. Este incidente de Schön provocó una discusión entre la comunidad científica sobre el grado de responsabilidad que tenían a cargo los coautores y revisores de artículos científicos, para evitar casos de mala conducta en la ciencia.
Francis, en su blog
realiza una excelente entrada sobre
este escandaloso fraude científico.
Este ejemplo muestra claramente
como la habitual competencia en el ámbito académico y la presión por obtener
resultados destacados pueden llevar a algunos investigadores a cometer fraude,
haciendo referencia a la frase "publica o perece". Este tema, a su
vez, trae consigo el aumento de la posibilidad de caer en manos de editoriales
depredadoras (predatory publishers) que publican revistas
acientíficas depredadoras, como se plantea en la entrada El
tiburón de las revistas acientíficas.
Además, es una fiel muestra de la
necesidad de una adecuada supervisión y revisión de las publicaciones. Como
doctorandos, debemos trabajar duro para evitar la realidad mostrada por Francis
de que la culpa siempre la tiene el becario (https://naukas.com/2011/07/29/la-culpa-siempre-la-tiene-el-becario/)
siendo conscientes, en todo momento, de las graves consecuencias que traen
consigo las malas prácticas científicas. Si el proceso investigativo se realiza
de forma correcta, no habrá necesidad de buscar CULPABLES, ni RESPONSABLES.
También me han parecido muy interesantes
los comentarios planteados en la sección LOS OBSTACULOS NO CIENTIFICOS A LA PUBLICACION tratados en el artículo "Mitos o realidades: a propósito de la publicación de trabajos científicos" que aborda diversos factores que
dificultan la publicación de trabajos científicos, más allá de la calidad de la
investigación en sí. Entre ellos se encuentran la falta de financiamiento
adecuado, así como las bajas posibilidades de publicación para trabajos de
autores poco conocidos en comparación con los de autores con una más larga
trayectoria. Considero que el caso estudiado de Schön es un buen ejemplo de
esto último, pues gracias a la fama que fue adquiriendo, se le facilitaba cada vez
más su posibilidad de publicación en revistas de alto impacto.
En resumen, el caso de Schön nos hace reflexionar sobre algunos factores como la presión por publicar, la falta de supervisión, la ambición desmedida y la fama que pueden conducir a fraudes que afectan negativamente al
progreso científico y a la credibilidad de la comunidad investigadora.
La integridad y revisión rigurosa, más allá de los obstáculos de carácter no científico, deben ser los pilares que acompañen día a día nuestro tránsito por el camino de la ciencia.